Personas tóxicas, maestros de vida.


El Universo en su perfección tiene todo controlado y predestinado, nosotros estamos en la vida para disfrutarla, amar y ser felices; para lograrlo solo debemos aceptar, expresarnos y fluir.
Cuando no sabemos vivir, el universo coloca en nuestras vidas a unos maestros, como amigos o familia, que nos van a enseñar con su presencia. Primero, nos muestran lo que no queremos ser, lo que no debemos hacer, pero no para esquivarlos por eso, al contrario ellos llegan a nuestras vidas de manera temporal y si aprendemos se van, de lo contrario se quedan o se repite con otro maestro. Estos maestros de vida los conocemos como personas tóxicas y llegan a nosotros para que sean nuestro espejo y nos muestren los aspectos que impiden nuestra felicidad y serenidad, además van a lograr que fabriquemos una imagen de ellos para evitar que vivamos nuestro instante presente.
En fin, vienen a enseñarnos, a generar un aprendizaje y a aprender de nosotros. por lo tanto, nuestra conducta no debe ser de rechazo; al contrario ellos son una prueba a nuestra aceptación de la libertad de expresión de cada individuo, ya que en nuestros estamentos solo aceptamos en nuestra vida a quien nos conviene o está de acuerdo con nuestros preceptos. También son una prueba de amor, porque no sabemos hacerlo, el amor no se gana ni se merece, se da voluntariamente y si logras amar a quien "no lo merece", habrás dado un paso gigantesco en tu camino a la armonización universal.
Cuando ya ellos han cumplido su misión, por si mismos seguirán su camino y es nuestro deber dejarles partir y agradecer la experiencia. Para aceptarlos y aprender debemos vivirlos en presente y sin expectativas, eliminar los prejuicios e ideas para que cada momento con ellos sea una sorpresa o aventura, en lugar de esperar una conducta determinada. La mejor manera de acelerar su partida es nuestra indiferencia y apatía a sus acciones, demostrarles que no nos controlan ni nos afectan.
Ya vista su importancia en nuestras vidas, aprendamos a identificarlos, primero: no hacen nada para enriquecer nuestras vidas y  son constantes fuentes de conflicto. De esta manera nos enseñan que somos nosotros lo único que necesitamos para enriquecer nuestras vidas y también aprenderemos con ellos a lidiar o ignorar los conflictos.
A continuación veamos las características que los identifican:
Habla mucho y escucha poco:
Suele ser una persona que acaba dominando la conversación, aunque a menudo puede dar señales de inseguridad. Posee mucho egocentrismo o incluso narcisismo.

Necesidad de tener siempre la razón:
No importa de qué tipo de tema se trate, el individuo tóxico no permite espacio para opiniones diferentes, siempre tiene que interrumpir para agregar comentarios y una discusión se convierte en un debate que hay que ganar.

Son muy teatrales y dramáticos:
Ellos necesitan, episodios de crisis, conflictos o el drama. Es como si se sintieran incómodas con una rutina diaria tranquila y una vida pacífica, infelices y sin excesivos contratiempos.

Suelen mentir:
Dice que rechaza la mentira, que es imperdonable ¡cuidado! Una persona tóxica es feliz al reinventar la verdad para ocultar o disimular sus defectos de personalidad.

Son muy ansiosos:
Viven ansiosos por saber qué piensan los demás de ellas, por empezar una relación, a causa de la soledad, por la necesidad de reconocimiento, etc. En fin, por muchas más cosas que el resto del mundo.

Son excesivamente sarcásticos:
Realizan a menudo comentarios sarcásticos y despectivos, se ufanan de sus logros con señales de desprecio y falta de empatía hacia los demás y a la vez necesidad de demostrar su superioridad, para tapar su conciencia e infelicidad.

Son evasivos:
Cuando se les hace una pregunta directa, se obtiene respuestas evasivas, mensajes mixtos, o contradicciones; sale a relucir el ego intelecto. Son muy cautelosas sobre dónde estaban anoche o cómo son las cosas en el trabajo. Si nos parece que se está escondiendo algo, probablemente es porque es cierto.

Suelen ser víctimas:
Todo lo que les ocurre es culpa de los demás: sus padres no les dieron bastante amor, tienen un compañero de cuarto pésimo, el gobierno, etc. Esta culpa además cambia constantemente, lo que demuestra una falta de responsabilidad personal.

Pueden ser muy agradables o muy desagradables con los demás:
No te confundas, las personas tóxicas pueden ser extremadamente encantadoras. Pero sólo cuando les interesa. Si alguien es útil para ellos o quieren algo de alguien, pueden ser encantadores, incluso halagadores. Sus atenciones pueden parecer embriagadoras e incluso abrumadoras. Pero es todo fachada. La forma más clara de conseguir ver su verdadero carácter es observando cómo tratan a los demás, especialmente las personas que no son útiles para ellos, y nunca lo serán. Suelen presentar un comportamiento insensible hacia otros, sobretodo si no los considera a su altura, como en empleados que ellos consideren de poca categoría, etc. con los que revela una actitud arrogante.

Les encantan los chismes:
Los rumores no suelen servir para nada, excepto para dañar la reputación de los demás y en su caso, un intento de pulir la propia.

Se quejan por todo:
El clima, el gobierno, la salud, la situación económica, etc. y además siempre lo justifican. viven anclados al tiempo de la queja, el pasado.

Sus historias son siempre grandiosas:
Suele exagerar sus logros y aventuras, siempre hablan de sus viajes y logros materiales; demostrando una necesidad constante de presumir, lo que esconde una autoestima débil y su característica principal son sanguijuelas oportunistas.

Tratan de controlar a los demás:
Presiona a los demás para hacer o decir alguna cosa, siempre te van a pedir a tí que respondas con las palabras de ellos lo que ellos mismos no saben definir. "que hago o que soy yo para tí, en tu vida o en la vida?"

Hay signos de adicción o dependencia:
Muestra comportamientos justificados hacia el alcohol, café, drogas, el juego, la frivolidad, dependencia de otras personas  y otras cuestiones que fácilmente pueden dañar muchos aspectos de la vida del individuo, incluyendo sus relaciones.

Viven una vida psicofantástica:

Todo es paz, amor, felicidad, ángeles, adoración, disfrute exagerado de la naturaleza, en fin, toda una personalidad construida como pantalla, para ocultar sus carencias y defectos

Tu instinto grita «¡Cuidado!»:
No lo dudes, confía en tu intuición, por lo general tiene mucha razón.

Revisando estas características de las personas tóxicas, observo que cada una es un rasgo de infelicidad, porque toxicidad e infelicidad son una unidad dialéctica, las 2 caras de la misma moneda. Y es que, Al fin y al cabo, el egoísmo, egocentrismo y narcisismo, son la peor presentación de cualquier ser humano, pues somos, ante todo, animales sociales, y mejoramos nuestro carácter y crecemos como personas gracias a saber armonizar con el universo de forma efectiva. Así que, practica la empatía y el servicio, es la mejor forma de vivir.

Comentarios

  1. José, muy interesante ese escrito y bueno conocí de muy cerca a una persona tóxica y todo lo que escribes es tan idéntico a esa persona que pareceriera que estuvieras a hablando de ella.
    He conocido otras no tan de cerca que tienen una que otra característica de las que describes.
    Con el tiempo he desarrollado una percepción de este tipo de personas que al conocerlas inmediatamente siento la mala vibra y las descarto de mi vida porque no aportan nada positivo al entorno.

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