II.- ¿Que nos pasó?

Gracias a todos los que leyeron la primera entrega y me honraron, no solo con sus comentarios , si no, que también reenviaron este humilde blog a sus contactos, para que de esta manera llegue a mas personas y así seamos un nutrido grupo, para multiplicar la información que nos va a liberar de la cárcel formada por los prejuicios, establecimientos y paradigmas que nos han alejado de la armonía de la madre naturaleza, afectando nuestra salud y manera de ver la vida.
Retomando la entrada anterior, donde escribí sobre la consciencia de todo ser viviente, de ser consciente de lo que es y la aceptación de ello, junto con la perfección del universo. cuando observamos el mundo, nos damos cuenta que los únicos seres que no amamos de manera natural (sin condición), que nos enfermamos, que sufrimos emocionalmente y por si fuera poco, vivimos la vida desde afuera y en cualquier tiempo que se nos ocurra, excepto en el presente. Todo esto nos lleva a vivir en desarmonía con la naturaleza, con la inconsciencia de que solo nos dañamos a nosotros mismos y a nuestros congéneres. Para muestra un botón,  ningún animal (no humano), ataca, solo caza, se defiende o defiende su territorio y familia. Ningún animal roba, solo toma lo que encuentra, porque algún descuidado lo dejó en su camino. Ningún animal odia, ni se venga, ni se deprime, ni sufre ataques de pánico, ni padece de ansiedad o estrés. En resumen ningún ser viviente padece las enfermedades del ser humano, a menos que sea sacado de su medio ambiente y se le confunda su consciencia o cambien su alimentación y procesos naturales; tal es el caso de las mascotas, que no solo se le cambia el medio, la alimentación, si no, que se le encadena, coloca bozal, le ponen prendas de vestir, camas mullidas, alimentación contra-natura, juguetes, entre otros. Ningún animal en su medio ambiente se enferma, puede accidentarse (perder un diente, fracturarse, entre otras), el animal en su medio ambiente solo fluye, vive en presente, reacciona a los estímulos externos solo en presente y no se encadena al momento por bueno, emocionante o traumático que éste haya sido. los animales solo siguen su instinto, son conscientes de lo que son y saben muy bien que cosas pueden cambiar o controlar. si ven un relámpago o escuchan un trueno, tan solo se asustan en el momento, reaccionan y aceptan el inexplicable e impredecible fenómeno. en otras palabras los animales fluyen, como el agua de un manantial, o como la una hoja que flota en el agua, es decir, deja que la naturaleza siga su curso y no se resiste. El humano, en algún momento fué así, consciente de lo que es realmente, aceptando al universo con su dinámica, viviendo en presente y fluyendo al ritmo de la naturaleza.
Entonces, ¿qué nos pasó?, ¿En qué momento abandonamos a la naturaleza y dejamos de ser conscientes de lo que somos?. Todos los seres vivientes nacemos sanos y felices; salvo una mala herencia. En la siguiente entrega veremos ¿que nos ocurrió? ¿por qué cambiamos para nuestro perjuicio? y ¿cuáles son esos cambios, que tanto daño nos han hecho?.
Que tengan un feliz y bendecido día.   Namasté.

Comentarios

  1. Es cierto lo de los animales, en resumen son felices, precisamente por seguir sus instintos, cosa que los humanos no hacemos.

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  2. Creo que la distorsión de la consciencia comienza cuando empezamos hace millones de años a dejar de vivir el momento y apreciarlo y disfrutarlo por pensar siempre en el bienestar futuro y empezamos a querer poseer por acumular, o acumular para poseer,

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